Playa Canela

La maldición cayó sobre esta hermosa playa desde el año de 1903, cuando una embarcación proveniente de Tokyo chocó contra un risco dejando a su único pasajero sin transporte. Proveniente de Europa había pasado por el sureste de Asia llevando muerte por donde pasaba. La maldición templaria.

Algunos siglos atras, la orden de los caballeros templarios, que era conocida en toda Europa por su crueldad y falta de misericordia para con sus enemigos, acudió al llamado del Papa quien les prometió el perdón eterno a favor de su participación en Las Guerras Cruzadas, cuyo objetivo era expulsar a los infieles de tierra santa (Jerusalén) y recuperar algunos objetos valiosos para la fé cristiana, entre ellos, el Santo Grial. Ese caliz de donde Jesucristo bebió en la última cena y que brindaría vida eterna a quien bebiera de el.

La leyenda dice que los caballeros recuperaron el Grial, entre otros tesoros, pero en lugar de devolverlo a el Vaticano, siguieron su camino por el este de Asia, destruyendo poblado que se cruzara por su camino.

Se dice que los templarios deformaron la tradición, y supersticiosos como eran, temiendo el castigo de Dios, creyeron que bebiendo la sangre de sus enemigos directo del Grial, redimirían sus almas y podrían acceder al perdón eterno. Nada más alejado de la verdad, pues una maldición más grande cayó sobre ellos al profanar el Caliz Sagrado. Obligandolos a vagar por el mundo en busca del perdón de Dios. Escondieron el caliz y se separaron viajando a lugares distintos del mundo buscando una cura o perdón para la maldición que les aquejaba.

Se dice que uno de ellos llegó a Playa Canela, proveniente de Japón. Lleva ahí más de un siglo recibiendo viajeros en su casa, quienes confiados en la hospidalidad de este anciano se quedan a dormir en un sueño del cual quizas jamás despierten.